TRABAJAR EN CINE
Las escuelas de cine, Universidades y Centros de formación profesional que imparten formación laboral para el sector audiovisual son innumerables a lo largo y ancho de todo el territorio español. A pesar de que en España se producen más de cien largometrajes al año, numerosas series de ficción y una ingente cantidad de spots publicitarios, videoclips y videos industriales, la búsqueda de empleo en el Sector es harto complicada. Las principales causas de esta situación son las siguientes: las ofertas de empleo no suelen publicarse a través de los cauces habituales (portales de empleo o bolsas de trabajo). No obstante irrumpen con fuerza en Internet redes sociales o portales con contenido audiovisual. Los trabajos son precarios y eventuales, con trabajadores autónomos o contratados por obra y servicio, por lo que la búsqueda de empleo es continua durante toda la carrera profesional. Por último, la endogamia y el acierto en las relaciones sociales suponen otro factor relevante a la hora de conseguir trabajar en el medio cinematográfico. Madrid y Barcelona son los dos más importantes centros de producción cinematográfica, aunque en la última década comunidades autónomas como Galicia, País Vasco o la Comunidad Valencia también cuentan con numerosas producciones en su haber, así que tampoco hay que descartar emigrar a alguna de estas comunidades si queréis trabajar.
Cómo comenzar a trabajar
Si habéis estudiado alguna especialidad en alguna escuela de cine (fotografía, sonido, maquillaje) lo lógico es empezar a buscar a algún padrino profesional en vuestro ámbito. Bien a través de la escuela, de algún familiar o de algún conocido que sepáis que trabaje desde hace años. Llamadle, presentaos a él, explicadle lo que habéis estudiado y que queréis que os den una oportunidad: “Hola, soy el primo segundo de tu sobrino Lucas, el que vive en Móstoles… Sí… el que está casado con Julia, la azafata de Iberia… Me ha dado tu teléfono porque me ha dicho que eres Director de fotografía… sí, yo he estudiado Fotografía en el TAI, sólo he hecho cortos y me gustaría trabajar en cine o en televisión…” No lo dudéis, es la única manera de empezar a tener experiencia en un departamento: conociendo a un jefe de equipo que os cuele como meritorio y os dé una oportunidad. Tendréis que comenzar como meritorios, pese lo que os pese. Un meritorio, ya lo dice la palabra, es una persona que hace méritos, análogo a un becario o a un estudiante en prácticas. Antiguamente también se les llamaba traidores, “trae esto o trae lo otro”, aunque por suerte las nuevas generaciones de técnicos han desusado el término.
Otra posibilidad es que hayáis salido de una Universidad de Comunicación Audiovisual y no tengáis ni idea qué hacer, pues las ínfulas científicas y teóricas de los planes de estudio universitarios desgraciadamente no preparan para el ejercicio profesional. Seguro que os gusta el cine, escribir guiones, hacer cortos, pero queréis entrar en contacto con el mundo profesional para ver qué hay más allá de las aulas y los apuntes fotocopiados. Tendréis que hacer lo mismo, intentar conocer a un padrino que os introduzca en un equipo. Si no conocéis a nadie deberéis estar alerta de los próximos rodajes de cine o televisión y en la fase de preproducción enteraros de cuál es la empresa productora y quien es su Director/a de Producción, ya que él o ella será el responsable de todas las contrataciones del equipo técnico y artístico. Hacedle llegar vuestro curriculum, pero previamente pedidle que os de la oportunidad para ser meritorio en algún equipo. Si no os ha contestado, volved a llamarle a las pocas semanas, acercaos por la oficina de producción, insistid hasta que agotéis todas las posibilidades de conseguir un hueco en la película o en la serie. Normalmente los meritorios suelen ser conocidos, “hijos de” o apadrinados, aunque en muchas ocasiones son desconocidos a los que se les da una oportunidad, porque a la productora le interesa un número determinado de meritorios por beneficios en subvenciones.
El primer meritoriaje
Los equipos donde se puede entrar con más facilidad son los equipos de Dirección y Producción. Si tenéis coche y lo ponéis al servicio de la producción y sois lo suficiente espabilados, humildes y pacientes no tendréis problema para comenzar. Seguramente os desespere y agote el trabajo, os sintáis desubicados, inútiles y descubriréis que para rodar una película son necesarias un montón de tareas que jamás se os habían pasado por la cabeza: cortar tráfico, parar ruidos y transeúntes en plena calle, recoger basuras, limpiar baños, hacer recados… La organización en un rodaje es un tanto marcial: el trabajo está dividido por equipos y dentro de cada equipo hay una estructura piramidal de sus miembros, con diferentes escalafones. Será necesario que acatéis con asunción todas las tareas que os manden y tener bien claro quién tiene la última palabra.
Si trabajas en el departamento de Dirección lo que te ordene un Ayudante de Dirección va a misa por encima de lo que diga su segundo ayudante, auxiliar u otro miembro del equipo. Debéis adelantaros a las necesidades y estar con cien ojos puestos a lo que estáis. En muchas ocasiones el rodaje de una toma dependerá única y exclusivamente de vosotros. Debéis ser muy cuidadosos en el trato con actores, director u otros jefes de equipo, pues la responsabilidad y la tensión de sus trabajos, y en muchas ocasiones, su enriquecido ego, os pueden jugar una mala pasada. También debéis ser cautos con posibles comentarios desafortunados sobre otros miembros del equipo, pues es más que probable que compartáis conversaciones con amigos, familia o conyugue del director, productor o algún otro miembro destacado del equipo.
Después de ser meritorio
Es frecuente escuchar “estás haciendo dos películas en una, la primera y la última”, pues muchos meritorios no aguantan el ritmo y el trabajo que supone un rodaje, o simplemente no vuelven a trabajar porque no les surge ninguna otra oportunidad. Lo más coherente es que si el jefe de equipo ha quedado satisfecho con vosotros vuelva a llamaros para otra película, serie o publicidad, y con el paso del tiempo vayáis aprendiendo el oficio y contactando con otros profesionales y productoras.
Para otros, un meritoriaje en dirección o en producción servirá para daros cuenta de qué nos os gusta hacer, por lo que os será útil para adentraros en otros departamentos más técnicos (sonido, cámara, eléctricos), desestimar la idea de seguir trabajando en la fase de producción y probar alternativas en otros ámbitos (guión, montaje, postproducción) o simplemente para aborrecer completamente el sector audiovisual y prepararos unas oposiciones a la Administración del Estado. ¡Suerte!
Javi Pérez